Notas de campo: Semana 6 – Reconocimiento profundo

Circulan rumores. Algo está ocurriendo en el quinto distrito. Qué exactamente, no lo sabemos.
Capturamos a un charlatán —poco más que un carroñero con un cuchillo y muy mal tino—. Con un poco de “persuasión”, nos contó que los cultistas se están moviendo. Grupos enteros se dirigen hacia el quinto, rezando sus plegarias al bosque.
Sea lo que sea, tenemos que averiguarlo.
Y me tocó a mí, junto con Anton y Louis. La misión es simple: llegar allí e informar sobre cualquier cosa que parezca relevante.
Los primeros días no pasó nada. Pero cuanto más nos adentramos, más extraño se vuelve todo.
Para el cuarto día, empezamos a notar cambios. Los árboles se ven distintos: más altos, más retorcidos.
Y luego están las sombras.
Pensé que me lo estaba imaginando. Pero Anton también las vio. Movimientos fugaces en el borde de nuestra visión. Pero al detenernos a investigar… nada. Sin huellas, sin señales.
Los encontramos al quinto día. Fue Louis quien vio los cuerpos primero. Cinco cultistas, tendidos en un círculo abierto cerca de los restos de una antigua fuente. Sus ropas estaban rasgadas y sucias, sus rostros congelados por el terror. Lo que haya hecho esto… espero no toparnos con ello.
Acampamos en un edificio de apartamentos cercano.
Y entonces empezaron los sueños. Sueños que parecen arrastrarme hacia algo.